viernes, 31 de diciembre de 2010

Las bajas, de baja.

Es curiosa la evolución legal de la incapacidad temporal ( las conocidas "bajas") en nuestro país. Desde aquellos tiempos en los que el legislador separó, de manera nítida, los artículos de la Constitución que hacían referencia a la Salud y a la Seguridad Social ( Ley General de Sanidad y Texto Refundido de la Seguridad Social) hemos llegado, como en todo, a "aquí vale todo".

   La famosa Ley 35/2010, de medidas urgentes para reformar el mercado de trabajo (ya saben, aquella que coincidió con la posesión, por algún ente, de nuestro Presidente de Gobierno) decidió dar al traste con aquella separación entre "el que paga" y "el que cura". A partir de ahora tu médico si quiere y puede, que te alivie los males pero el alta te la dará, si a bien lo tiene, el INSS. El patrón vaya, el que paga y manda que para eso paga.

   Y todo esto con mucho respeto y cariño, con mucha vaselina, y oiga...¡Admírense! ¡Sin siquiera los famosos partes de confirmación cada semana! El médico sí eh... Pero el INSS no está para esas tonterías.
 
   No quiero aburrirles con un debate técnico sobre el apasionante idilio que se abre entre el Servicio Público de Salud y el INSS, pero les aseguro que vienen tardes de gloria en este 2011. Yo creo que el Estado de Bienestar está "de baja", es más, diría que va camino de una Incapacidad Permanente Absoluta.

   Que el año próximo les conceda la mayor Felicidad.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Feliz Navidad.

   Quiero felicitar la Navidad a cuantos pasan por este lugar, a veces mirando los artículos en el escaparate, a veces entrando a preguntar por alguno, a veces incluso comprando aquello que estiman de utilidad en sus vidas.
 
   Conozco que para algunos la Navidad es una época de tristeza y nostalgia por los que ya no nos acompañan, y que incluso preferirían que estas fechas pasaran con celeridad por el almanaque. Yo tuve una crisis con esta señora cuando en mi casa comenzaron a sobrar sillas, y los mejillones rellenos de mi madre nunca se acababan, pero he regresado a sus brazos de nieve cálida y luz fría. ¿Por qué?

   Porque es la Navidad o la Nada, la silla ocupada por alguien invisible a mis ojos o la Nada, los mejillones de la infancia o la Nada.

   Conozco una medicina contra la rigidez del corazón, distinta a las películas americanas de estas fechas en sobremesa. Se trata de la espera. Para ver las sillas llenas, las risas y los tiempos que siempre esperan que abran su página, ese "tiempo de mi recreo" que nos cantaba Antonio Vega. Se llama ESPERANZA y algo me queda por la tienda. Sólo es cuestión de buscarla.

   Feliz Navidad a todos.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Okuribito.

  Ayer ví esta película japonesa cuya traducción es algo así como "el que envía", y que aquí se ha titulado por "Despedidas". Ganó el Óscar de 2009 al mejor film de habla no inglesa, pero la razón por la que la he visto es por su banda sonora. Su compositor, Joe Hisaishi, es para mí el mejor músico vivo sobre la tierra, y otro día hablaré de él.

   De un argumento sencillo ( un músico en paro que se ve obligado a trabajar amortajando cadáveres) se desemboca en un preciosista canto a la belleza de la vida, a la responsabilidad en el ejercicio de un oficio, al respeto ante el dolor; pero a la vez transmite un enorme mensaje en estos tiempos en los que casi nadie cree en nada, un mensaje de tránsito, de "nos volveremos a ver", sin apoyo en religión alguna y a la vez en todas, un antídoto perfecto frente a la desesperanza y la nada.

   La escena de la cara, borrosa, del padre del protagonista es de antología, y quiero subrayarla. La modernidad de las empresas funerarias va acabando con estos rituales ante el cadáver y a veces, en vez de mostrar el rostro del difunto en su esplendor y belleza, cuesta trabajo reconocerlo. Es como tantas otras cosas, una pena.

   Por mi parte he aprovechado para repasar la legislación que tenemos en Policía Sanitaria Mortuoria. He buscado las palabras "creencias","respeto","cariño","consuelo","tradición","ceremonia","compañía", pero no las he encontrado. Creo que o yo no sé buscar, o en algunas cosas estamos perdiendo el alma.

   Que la disfruten.

jueves, 16 de diciembre de 2010

I´m sorry laws.

  Me he desayunado con unas declaraciones de la Presidenta de una Asociación que defiende a los pacientes frente a posibles negligencias médicas. Creo que se llama Carmen Flores (la Presidenta; no la Asociación). Dice que los afectados nunca tendrán paz mientras no se les dé una explicación, se les pida una disculpa y el perdón por lo ocurrido. No sé yo en otras cosas, pero creo que en esto tiene razón.

   Desde hace años, la Joint Comision viene insistiendo en que promover la cultura del reconocimiento de los errores es la manera más segura de disminuirlos. En el Reino Unido, más del 90 % de médicos británicos creen que los pacientes denunciarían menos las negligencias, siempre que recibieran una disculpa y una explicación de lo ocurrido, todo ello según una encuesta de la Sociedad de Protección Médica de aquel país.

   Pues bien, en los Estados Unidos de América, cerca de 30 Estados han establecido las llamadas I´m sorry laws, que promueven la declaración de los errores médicos sin que tal declaración se considere prueba de culpabilidad. Los resultados publicados del Estado de Colorado, demuestran que han disminuido de manera drástica las demandas y las condenas a profesionales.

   Aunque el Derecho Americano es distinto al nuestro en España, no cabe duda de que con las necesarias adaptaciones tales Leyes, en nuestro contexto, resultarían beneficiosas para médicos, pacientes y costes legales.

   En resumen, partiendo de la honestidad y la comunicación continuada con los pacientes, no eliminaremos los errores pero sí podremos disminuirlos, explicarlos y disculparlos.

martes, 14 de diciembre de 2010

Economía y Cocina, o viceversa.

Me gusta mucho la economía, porque es un poco como la medicina. Aplica terapias, en ocasiones controvertidas, para curar los males materiales de un país, y además emplea verbos y palabras maravillosos, como por ejemplo "monetizar", que no me dirán ustedes que no es fantástico. Significa algo así como que si debes cien mil, pues imprimo muchos billetes y así hay más dinero, aumenta la velocidad de flujo de la masa monetaria, sube la inflación y los cien mil que debes pasan a ser 90 mil. Es fantástico, repito. De todas formas no sé yo mucho de economía. Pero me viene ahora este aire porque leo que algún político emplea recetas de cocina para diseñar estrategias, y aunque a mí no me conocen casi ni en mi casa, he de decir que esto ya lo escribía yo a finales del verano de 2008, acuérdense, cuando media España desaceleraba y la otra media estaba en crisis. Ahí les dejo la perla que envié a algún periódico por entonces. Que lo disfruten.

   "Estamos en crisis, no sé si lo sabían. Si me lo permiten apuntaré unas sencillas soluciones para afrontarla, para superarla, y hasta para evitarla en lo sucesivo.
  Cuézase a fuego lento y sin tapar el conjunto de televisiones públicas, al menos dos horas, pásese por el chino para limpiar la mugre de grandes hermanos y tomates, y déjese la nueva programación enfriando en un recipiente de debates, documentales, películas con mensaje, tolerancia y respeto.         
   Sofríase aparte, y a fuego mediano, cuarto y mitad de clase política salvaje hasta que quede doradita, incluso algo churrascada, y riéguese al final con una taza de formación, vocación, altruismo y sacrificio, a partes iguales. Colóquese el solomillo de la ambición sobre el sofrito, aderécese con hierbas pobres de lugares pobres, y deje freír al gusto. Sazónese con lo que queremos sean nuestros hijos, y retire con una espumadera lo que van siendo, al menos dos o tres veces.
   Sírvase sobre el lecho de la salsa del principio, con unas ramitas de cariño y educación, pero sobre todo sírvase con el placer del trabajo bien hecho, con la mera reivindicación de querer seguir haciéndolo. No olvide tapar con plástico conservante lo que le sobre. No imagina usted lo bueno que está, lo bien que se conserva y lo útil que le resultará a otros."

lunes, 13 de diciembre de 2010

Estado de Alarma.

  Estamos en España en Estado de Alarma. Nunca había ocurrido desde que tenemos esta democracia y esta constitución. La causa es la parálisis del espacio aéreo español a raíz de una especie de parón salvaje de los controladores, también aéreos, pero que controlan desde tierra, desde una torre creo. Estos lodos vienen de unos polvos de hace algún tiempo que no se han sabido resolver. Hasta aquí, los datos objetivos. Más allá, es imposible saber la verdad. Como Wikileaks.

   Me resulta complicado, en principio, asumir que esta es la situación más grave vivida por España desde la Transición. Yo creo que las ha habido peores, por ejemplo el 11-M, atentados de ETA, desastres ecológicos, el penalty que falló Raúl... Pero ahora estamos en Alarma. Pero no se alarmen, las copas y el pan siguen costando lo mismo. Es sólo que los derechos, algunos derechos pues como que bajan a segunda división, pero nada más.

   No sé quién decía que la primera víctima de una guerra es la verdad; pues del Estado de Alarma también. ¿Cuánto cobra un buen hombre o mujer de éstos? Es imposible saberlo. ¡Además qué más da! Yo sé de muchos que cobran bastante y crean alarma, con minúsculas. No creo que ése sea el problema. Aquí hay mucha miga, pero a los que se han quedado tirados en algún aeropuerto pues les importa poco la susodicha miga, que no lo digo yo sino que se lo he oído a un político del PP creo.

   Esto es un blog de medicina y derecho, así que no me muevo del Estado de Alarma y de que han dado muchas bajas, que esa sí que es buena y otro día me detengo ahí. ¡Madre mía, cuánta tontería!

   En cualquier caso, no lo duden, alguien se cachondea de nosotros cada día, cada hora, cada segundo de nuestras vidas, con o sin alarma.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Los miserables.

Estoy leyendo "Los miserables", de Víctor Hugo, que lo tenía en tareas pendientes. ¡Un novelón, en todos los sentidos! Hay medicina, historia, psicología, sociología, cultura, política, cocina, decoración, moda, cartografía, arquitectura..., pero sobre todo miseria humana y derecho. Ese derecho penal implacable que existía hasta bien poco en Europa y que áun existe en el Mundo. Ese derecho que te mete en presidio años siendo inocente y décadas por robar pan.

   Recuerdo hace unos años, en un bar. Daban una noticia sobre un fulano linchado por los ciudadanos que había violado y asesinado a una niña. El plato iba con imágenes y en ellas se observaba una turba arrastrando por las calles lo que debía haber sido una persona. Los que estaban en el bar exclamaban: ¡Ahí, hijop...! ¡Eso tenían que hacer con todos! Y cosas de esta guisa.

   De pronto alguien dijo: ¿Y si no ha sío ése? En ese momento todo el mundo guardó silencio, nadie le contestó. Todos volvieron a su café y a sus cosas.

   La historia del Derecho Penal es apasionante. Y venimos de ella, de la tortura y confesión como prueba suprema, de la categoría de ciudadanos a la hora de poder torturarlos o no, del reparto económico de los bienes del reo entre el acusador y el tribunal que condena.

   El Penal es un derecho dificil, porque requiere dar vacaciones al alma y aparcar el corazón. Ante sus errores es siempre preferible la presunción de inocencia que el pago requerido por la sociedad.

  Ya sé que es fácil decirlo, pero en este caso es mejor el falso negativo que el falso positivo. Y si no que le pregunten a nuestros controladores aéreos.

martes, 7 de diciembre de 2010

El Consentimiento Informado.

  Ya llevamos unos años con este concepto de "consentimiento informado", pero creo que muchos pacientes y profesionales sanitarios no saben bien qué es. Digamos que están los que "pasan" de este asunto; por otro lado los que interpretan que es un documento dado a firmar; y por último los que sí saben de qué hablamos. Tengo ganas de conocer un día a alguno de este último grupo.

   Si me dejasen diseñar un cuestionario para profesionales, con diez cuestiones a contestar sobre la información sanitaria y el consentimiento del paciente, les aseguro que suspendería el 95 % y, probablemente, yo entre ellos.

   En fin, que es un tema clásico sí, pero no más que Dante y nadie lo ha leído.

   ¿Cómo dice el refrán? "Vista la gruta visto el ermitaño", o algo así. Veamos la gruta pues.

   ¿Informamos o no informamos? Parece fácil pero yo creo que es el momento más complicado. Hay que sopesar la capacidad, la entereza, la salud psíquica y física de la persona, su ánimo de vida o de muerte, si ha pedido expresamente ser o no ser informado, si tiene o no familia y de qué paño es ésta... Muchas cosas para el siguiente momento, mucho más sencillo: ¿Cuándo informamos? Por Dios Santo, no lo hagan antes de entrar a quirófano y den ustedes, por caridad cristiana, siquiera uno o dos días para que se lo piense, obviamente urgencia aparte. ¿Y quién informa? Pues aunque el celador sea un tipejo gracioso con el que da gusto ir de cañas, por favor, que no informe él dando un papelote y diciendo "me firme usté aquí", que es tan cierto y cotidiano como que me llamo Pepe. Que informe el "Médico Responsable", que tiene que haberlo créanme, de manera que échenlo a suertes o como quieran, pero que esté establecido de antemano.
¿Y de qué informa? Los documentos ya impresos están muy bien pero cuidado con ellos. En primer lugar asegurémonos de que el paciente sabe leer, que estos ojitos míos han visto algún documento firmado por alguien que no sabía leer, y esto tiene mala defensa ante el Juez creo yo, incluso he visto uno que firmó diciendo que no autorizaba y le operaron media hora después, que es ya como el misterio de la Santísima Trinidad, incomprensible. Incluso ví uno sobre los riesgos de la intervención de cataratas que vive Dios que haría falta un buena lupa para ver las letras. Y para terminar, que esa información sea continuada durante el proceso. Que el paciente sepa que puede cambiar todo en cualquier momento, que donde dijo digo ahora diré Diego, que él es el dueño de su éxito o su desastre y que lo que firmó, si es que firmó, no es la hipoteca de su casa sino un papelote es muchos casos de difícil lectura.

   Y con estas cosas bien hechas, habremos informado, aunque con mucho menos nos libremos de una reclamación que esa es otra película distinta.

jueves, 2 de diciembre de 2010

El paciente descompensado.

   Si tengo un paciente con insuficiencia renal moderada o grave, cierta edad, y cuatro números acertados para una lotería de cáncer en algún lugar de su colon, tendré que supervisar su filtrado, sus iones, su alimentación, los fármacos que puedo dar y a qué dosis, etc, aunque haya acudido a mí por un golpe en un pie. Si me centro en ese golpe, que desde luego habré de valorar, estaré tratando no a una persona sino a un pie inflamado o roto, y aunque le quede esa zona de su cuerpo como un pincel es posible, si Dios no lo remedia, que terminen de tratarlo en el Purgatorio si su alma lo merece.

   Con esta crisis que llaman económica creo yo que pasa algo parecido. Recuerdo que cuando yo era más joven siempre decía que a mi pueblo, algo atrasado, tardaba mucho en llegar lo bueno pero también lo malo. Pero eso era antes, antes de las carreteras modernas, de los medios de transporte modernos, de las fronteras modernas, de la globalización moderna que ha convertido al mundo en un todo, en un pie con edad avanzanda e insuficiencia renal grave.

   Y es que este paciente está descompensado. En ciertas partes legisla derechos humanos de cuarta generación y en otras no se cumplen ni los de la Revolución Francesa; allá se crea una cocina de alquimista y acá no hay agua para unos cereales que da asco sólo mirarlos; aquí enferman de la piel por tanta ducha y por otro lado ni hay agua ni se la espera...

   Es como las pensiones. Fíjense, se trata de que los viejos trabajen más años mientras la tasa de paro en los jóvenes se duplica, en esos jóvenes que tienen ganas de comerse el mundo y demostrar que ellos valen. ¿Conocen alguna empresa privada donde ocurra algo parecido?

   Del clima ni entiendo ni hablo, pero tengo para mí que no va mucho mejor que el pie de este paciente descompensado que llamamos Tierra.

domingo, 28 de noviembre de 2010

¿Cómo dice?

Hoy no estoy inspirado para tratar tema alguno, de manera que puesto que voy a aburrirles, qué mejor asunto que una Sentencia del Tribunal Constitucional aprovechando que hay elecciones en Cataluña. Les advierto que en cierta epoca de mi vida en la que estaba afectado de insomnio, usaba "Las confesiones" de San Agustín para conciliar el sueño, pero el Tribunal  Constitucional es mejor, indudablemente.

   Como saben, este tipo de tribunales son un poco como el hechicero de una tribu india, digamos que guían a todo el convento sentando la interpretación verdadera de la cuestión que se pueda plantear, y como -repito- hoy elijen en Cataluña a sus políticos preferidos y quieras que no hay cierta envidia sanilla hacia esta tierra por parte de otras con menos recursos, pues les dejo este maravilloso texto de 1983 en el que se pronuncian sobre la igualdad jurídica básica de las comunidades autónomas. Que lo disfruten y entiendan.

   "... En segundo lugar, y por lo que se refiere al proceso autonómico carece de base constitucional la pretendida igualdad de derechos de las Comunidades Autónomas...Ya este Tribunal Constitucional puso de manifiesto en su sentencia de 16 de noviembre de 1981, al valorar la función del principio de igualdad en el marco de las autonomías, que la igualdad de derechos y obligaciones de todos los españoles en cualquier punto del territorio nacional no puede ser entendida como rigurosa uniformidad del ordenamiento. No es, en definitiva, la igualdad de derechos de las Comunidades Autónomas lo que garantiza el principio de igualdad de derechos de los ciudadanos...sino que es la necesidad de garantizar la igualdad en el ejercicio de tales derechos lo que, mediante la fijación de unas comunes condiciones básicas, impone un límite a la diversidad de las posiciones jurídicas de las Comunidades Autónomas..." (STC 76/1983, de 5 de agosto).

jueves, 25 de noviembre de 2010

Violencia de género.

El edificio legal contra la violencia doméstica y el fomento de la igualdad entre hombres y mujeres es, en España, impresionante. A otras muchas cosas no, pero hay que reconocerle al gobierno de Zapatero su dedicación a este asunto. (Legislación Orgánica de protección integral y de igualdad efectiva, medidas judiciales de calado con reforma de la Ley Orgánica de Poder Judicial incluída, ayudas económicas y asistencia a las víctimas, sistema de Registros, inserción sociolaboral, creación de Observatorios y Delegaciones Especiales, atención específica a inmigrantes, planes de sensibilización y prevención, coordinación legislativa con Dependencia, y un largo etcétera que sería largo de enumerar). ¡Será por leyes o planes!
   Digno de admiración el esfuerzo, desde luego, y la sensibilidad que demuestra el cortijo político - tan brutote en otras cosas - hacia esta vergüenza de la humanidad, cual es la consideración de otro ser humano como inferior por razón de sexo, y la agresión consecuente a dichas personas.
   ¡ Y sin embargo, se mueve! Así es, los crímenes siguen, las víctimas siguen, la violencia sigue. ¿Por qué?
  Leo muchas explicaciones al respecto: falta de fluidez y medios en la Justicia, necesidad de abordajes integrales, miedo y derecho a desistir de las víctimas... Serán..., no digo yo que no. Pero en mi humilde opinión aquí lo que falla son los cimientos de la persona, de la familia, de la concepción de la vida como un esfuerzo constructivo. Un gran país no se construye desde las balanzas comerciales o el PIB del 8 %. Se construye desde la educación en los derechos humanos. Dentro de 30 años China no será un gran país; Finlandia sí.
   Creo que era Umberto Eco el que decía aquello de  "¿en que creen los que no creen en nada?". Al menos, a los sanitarios siempre nos tocará la hermosa parte de aliviar el dolor o el sufrimiento.
   Buen día.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El señor Fainé.

Un señor que se llama Isidro Fainé, y que es Presidente de un Banco, ha dicho que de esta crisis se sale trabajando más todos. Vaya por delante que estoy de acuerdo con él, y que si hubiese dicho que de mi hipoteca se sale pagándola también lo estaría. ¿Pero cómo se trabaja más? Amigo, that´s the question.
  Por lo que a los sanitarios respecta, ya el Estatuto Marco ( Ley 55/2003, de 16 de diciembre, art. 17.1.a) ) consagra nada menos que como un derecho el del "ejercicio o desempeño efectivo de la profesión o funciones que corresponden a su nombramiento", y en sus Principios Generales y los de otras muchas normas, aquello tan poético de la "igualdad, mérito, capacidad y publicidad en el acceso a la condición del personal estatutario". En resumen, que ocupe el puesto el mejor y que trabaje mucho y bien.
   ¿No lo creen? Yo tampoco.
   Suponiendo que en España los que tienen trabajo quisieran trabajar más, es probable que también quisieran cobrar dicho exceso. No sé si el Sr. Fainé incluye este matiz en su estrategia, pero en el peor de los casos también se podría obviar y decirnos que trabajásemos más por el mismo sueldo. Como todos ustedes saben no ha sido esta la estrategia del Gobierno, sino la de que trabajásemos lo mismo y cobrando menos, y como decía aquella canción" "Eso mismo fue, lo que yo le pregunté..." ¿Cómo voy a trabajar más si no me dejan hacerlo ni gratis?
   Pero además, y para los sanitarios, está el tema de las infraestructuras. Pongamos un Equipo quirúrgico, al que tras una aparición de la Virgen, ha decidido hacer el doble de intervenciones incluso cobrándolas. ¿Qué pasa? Pues que es posible que en la ciudad de Springfield el hospital sólo tenga tres quirófanos a compartir, y que además hay que limpiarlos entre operación y operación, como todos ustedes saben.
   De ese acceso por mérito y capacidad ni hablo, que me da el hipo con la risa y después cojo gases. Yo no sé el Sr. Fainé, pero no me negarán ustedes que muchos puestos directivos parecen adjudicarse y malejercerse bajo el demérito y la incapacidad, y quizás a esos ni les valga el trabajar más. Sencillamente porque Dios les ha negado la virtud de dirigir lo que están dirigiendo.
   Y ya por último, que me extiendo, está esa alegría española impermeable a horarios y plazos, que quizás no tenga el Sr. Fainé.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Un alemán, un japonés y un español.

Dicen que un trabajador japonés, o alemán, no va ni a mear sin un protocolo. De hecho una sustancial parte de su remuneración, y aptitud, va ligada a su capacidad de proponer mejoras en su empresa. Estos planes se traducen en ahorro de tiempo, dinero, o entrambos. El río viene a desembocar en el mar de la competitividad que no es más que vender lo mismo más barato, o lo mejor al mismo precio que tu artículo peor.
   ¿Y qué protocolos tienen los médicos? Pues muchos, gracias a Dios. Otra cosa es que se conozcan y, no digamos ya, que se usen.
  ¡Y qué bien les vendría! A ellos y a los pacientes. A estos últimos por obvias razones de efectividad ( que desconcierta un poco que le digan a uno que tiene un pie en la tumba, y al final sea un flemón). Pero a ellos... Dense ustedes cuenta que si terminamos declarando en el contencioso administrativo ( de la jurisdicción penal ni hablo), ese alto funcionario que llamamos juez es quien al final va a decidir si lo hicimos bien o no, y les aseguro que a su precisión relojera a la hora de aplicar el derecho, se une un absoluto desconocimiento de la medicina. Vamos, ni p... idea como es normal.
   Al final va a dejarse llevar, entre otras cosas, por los protocolos más afamados que haya en el world mundial y que, de manera diligente, le habrán hecho llegar peritos de una u otra parte.
   ¿Cómo lo ves? ¿Crees que en España se siguen los protocolos como si de un japonés se tratara? ¿Somos, acaso, más artistas, más toreros, más improvisadores?

sábado, 20 de noviembre de 2010

La dignidad de la muerte.

La Organización Mundial de la Salud define a ésta como: "un estado de completo bienestar físico, mental y social y no la mera ausencia de enfermedad o discapacidad", es decir, que se puede estar enfermo y gozar, sin embargo, de un buen nivel de salud; y por supuesto lo contrario.
   Quiero resaltar, por tanto, que es ligeramente desacertada la opinión, extendida, de que debemos tender a la ausencia de enfermedad como meta realizable descuidando, entretanto, la debida atención de los que de manera irremediable van, o vamos, cayendo en una u otra enfermedad.
   Parece más apropiada la consideración de la vida como un "mientras seguimos viviendo", tal y como Aranguren o Zubiri indicaron. Hacia la muerte, si queremos observarlo de manera funesta, o hacia la mejor de las mejorías posibles a lo largo de una vida de experiencia. Piensen que hay religiones con millones de creyentes que asumen, sin más, el retorno de las almas a este cortijo.
   Donde quiero llevarles es a la atención al final de la vida, al momento de la muerte que ahora, y hace ya unos años también otros, este Gobierno quiere "regularnos". La muerte digna, la muerte sin dolor o sufrimiento, la muerte bajo las propias previsiones, son conceptos que subyacen en esa exigencia de salud aun o a pesar de la enfermedad.
   Pero la muerte con dolor o sufrimiento no es indigna; en realidad la única muerte indigna es la que viene de la mano de otro ser humano que se arroga el papel de Dios, sea o no con sufrimiento. La dignidad, aquí, como cualidad opuesta a la humillación en el momento final de la vida, va a resplandecer ante lo inevitable del hecho de la muerte. La indignidad, la posible indignidad que nunca lo será de la muerte en sí misma, puede llegar y sin duda lo hace desde la falta de cariño, de ternura, de información, de sensibilidad, de apoyo, de comprensión.
   Legislemos sobre el derecho a la muerte digna si así lo quiere la soberanía del pueblo, pero no por ese simple hecho tendremos "salud" en ese momento. Eso depende de tantas cosas que no están escritas en ningún sitio...

jueves, 18 de noviembre de 2010

Bravo por la Justicia.

Acabo de leer la Sentencia nº 761/2010 de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, de 15 de noviembre de 2010. En mi humilde opinión es una gran sentencia. Pero les pongo en antecedentes: en 1989 el joven Antonio Meño es ingresado para someterse a una rinoplastia estética programada, y de allí sale en coma irreversible en el que aún se encuentra. La familia, que hay que ponerse en situación, parece ser que realiza acciones judiciales que vienen a desembocar, aparte del precedente proceso penal, en que pierden en Primera Instancia, en la Audiencia Provincial, y en el propio Tribunal Supremo. Ahora, 20 años después, aparece un médico que estuvo presente en la intervención como aprendiz, y que testimonia una versión de los hechos distinta (desconexión accidental y desapercibida para el anestesista, que estaba a la vez en otro quirófano, del tubo de anestesia endotraqueal conectado al respirador), y hace ese testimonio -según él mismo dice - porque siempre creyó que el anestesista había sido condenado y que la familia había sido indemnizada. La perdida de estos juicios llevaba un coste para la familia de Antonio Meño de cientos de miles de euros, algo que les tiene arruinados.
   Los Fundamentos de Derecho de la Sentencia del Supremo, partiendo de la necesaria seguridad jurídica de las sentencias firmes, y de la necesaria revisión en tasados supuestos interpretados con criterios restrictivos, todo ellos establecido en el artículo 510 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, vienen a considerar no sólo los hechos nuevos, sino los meros descubrimientos nuevos, los "nova reperta", tal y como es aquí el caso.
   Cuando existe un proceder doloso destinado a provocar indefensión, mediante astucia, aritificio o ardid, estableciendo que ese fraude determinó causalmente, en su día, el fallo condenatorio, y que los hechos que ahora surgen son ajenos a aquel pleito y que ahora han de ser enjuiciados debidamente, le llevan a encuadrar este caso en el ordinal 4º del artículo 510, antes citado. Es decir, lo consideran "maquinación fraudulenta" en relación con la prueba.
   Ya entre nosotros, no tienen desperdicio las declaraciones del médico ahora denunciante de aquella irregularidad -hay que reconocer que le ha echado un par...-, ni desde otra óptica tienen desperdicio las alegaciones de la representación legal de la Compañía de Seguros, de la Clínica, y del anestesista, por cierto todos ellos pidiendo más costas para esta familia. A veces viene bien algo de humanidad, y recordar que en el derecho existe un verbo denominado "transar".
   El Supremo desmonta ahora todo lo juzgado y lo reenvía a su origen, es decir, a un nuevo juicio que determine la verdad de lo ocurrido. Que sea así no cambiará para nada el sufrimiento de esta gente, pero vendrá muy bien para que la Justicia resplandezca con el brillo de una credibilidad, por momentos, apagada.

martes, 16 de noviembre de 2010

Como cambia todo.

En Medicina teníamos, de toda la vida, un cajón de sastre que era la etiología idiopática. Ya saben, la palabra que ponemos cuando no tenemos ni idea del origen de una enfermedad. Nos encanta eso de tener una categoría, un concepto, para cualquier cosa. En estos tiempos hay una nueva categoría que circula con la tenacidad de un cuñado en nuestra casa de verano. Me refiero a la de los "Nuevos Pacientes". Aquí cabe de todo: los que buscan datos médicos en internet, los inmigrantes y sus necesidades de salud, los peligros de las nuevas drogas, el asociacionismo de los pacientes que deciden asociarse, las ofertas de la Administración para mejorar la accesibilidad de los pacientes, etc.
   Recuerdo que había un profesor en la Facultad que, a la vez que nos advertía sobre el peligro del "cubata", nos recordaba con constancia que estábamos allí no para saber medicina, sino para -el día de mañana - saber dónde buscar medicina. Claro está que en aquellos tiempos ni se sabía de internet ni se sabía del PC (Bueno...quizás ya existía el Spectrum, no sé...).
   Madre mía, como cambia todo. Ahora llega un paciente y te dice que le duele el hombro, y que a ver si va a tener un síndrome subacromial y que desde luego de meterle mano que le hagan una "mini-open". No ha estudiado medicina con lo que según mi viejo profesor debería estar impedido para buscar, pero inventaron el Google y ha encontrado 500 folios que, por supuesto, ha imprimido en el trabajo. Por cierto, al preguntarle igual te dice que la noche anterior "estuvo" con su esposa, y has de recordarle que uno ya tiene una edad. Eso se llamaba anamnesis, y creo que aún existe.
 

domingo, 14 de noviembre de 2010

De honores e impuestos.

"Por esta razón (aumentar los impuestos sobre herencias y manumisiones) declaró a todos los habitantes del Imperio ciudadanos romanos. Teóricamente se trataba de honrarles, realmente era para percibir sumas mayores como consecuencia de esta medida, pues los peregrinos no pagaban la mayor parte de estas tasas". (DION CASIO).

   En esta cita de hace 1800 años, Casio critica una de las grandes medidas del Emperador romano Caracalla, la concesión de la ciudadanía a todo el Imperio. Parece que se los honraba cuando en realidad se los expoliaba un poco más.

   A pesar de que ya ha llovido, ¿crees que hoy pasa lo mismo siendo otros los Emperadores? ¿Somos los peregrinos de ahora nosotros? ¿Los primos, quizás?

   Si te han salido tres "síes" mucho me temo que los "Casios" de hoy también se retirarán de la vida pública.
   Si te han salido tres "noes"... ¿NO SERÁS DE HACIENDA, EH?

viernes, 12 de noviembre de 2010

¿La casa por el tejado?

En mayo se publicó en Andalucía la Ley 2/2010 de Derechos y Garantías en el proceso de la muerte (título resumido), y creo que en Navarra trabajan en una línea similar, pero no quiero ahora tratar la atención al enfermo terminal, su sedación, sus posibles Instrucciones Previas para esos momentos, si es o no posible la objeción de conciencia, etc. Quiero hablar de algo mucho más simple, más básico: el edificio legal de un país.
   Ya en 1986 nuestra Ley General de Sanidad hablaba de Derechos de los pacientes, y tres décadas después seguimos legislando sobre Derechos. La justificación técnica, por si alguno no la sabe, es la "sensibilidad social" de cada etapa histórica que reclama del Legislativo una mayor atención a sus necesidades e inquietudes. Cambian las necesidades, deben cambiar las Leyes. ¿Deben? ¿Qué necesidades? ¿Quién decide qué necesita el Pueblo? ¿Quién decide cuándo? ¿Crees que en estas cosas pasa como con los pantalones "campana" que siempre pueden volver a estar de moda?
   Pero tampoco me importa hoy analizar si esas necesidades son reales. Ahora mismo quiero llegar a algo mucho, mucho más simple: los cimientos de este edificio legal sanitario, es decir, la Ley General de Sanidad de 1986. (Para los que sean de otros países, seguro que tienen una Ley similar). Decía en su artículo 10 que todos tienen derecho: al respeto y a la ausencia de discriminación; a la información; a la confidencialidad, a la necesidad de autorización y consentimiento; a la libre elección; a la asignación de un médico interlocutor; a negarse a un tratamiento; a participar; a reclamar y sugerir, etc. En esto pasa como con los Derechos Humanos, que no por su antigüedad se cumplen. Han pasado 24 años desde que se escribió esta Ley de Sanidad y si me bajo a la calle, y pregunto por estos Derechos, la gente no sabrá ni de qué le hablo.
   ¿Cómo lo ves, desarrollo legislativo o narcisismo de los políticos? ¿Te parece mejor ir paso a paso en la consolidación de un derecho antes de pasar a otro? ¿Mejor todo de golpe? ¿Mejor menos Leyes pero que se conozcan y cumplan?

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Información, dicen.

Hoy he estado en un curso, de oyente. Sobre un nuevo programa informático. ¡Qué cantidad de datos!, pensaba yo mientras lo mostraban aunque, por momentos, llegaban con cierta lentitud y la culpa, en esos casos, siempre la tiene el "servidor" que no sabemos bien qué o quién es pero sí que hay otro mejor, si bien más caro.
  Pero perdonen que me vaya por los cerros de Úbeda. El caso es que pensaba yo, también mientras lo mostraban, ¿para qué exactamente me van a servir estos datos? Hay una parte de gráficas que dedicándole un ratito...¡Ya está, pensé! Con todo ésto puedo hacer un Póster, o dos, para un Congreso. Oigan que eso puede equivaler a un pasaje o parte de él para dicho evento, con la anuencia de la Administración, con una ayudita económica, vaya, amén de unos días de asueto.
   La relación de X, por tramos de edad, sexo, lugar geográfico, unido al parámetro Y, y todo ello en año de sequía tenaz, ¿es o no es una "peaso de ponencia"? Hasta una publicación puede salir de aquí.
   Lo malo es que también me acordé de la madre de una compañera, experta en información sanitaria, a la que hace unos meses pedí unos datos. Lo que le sobró del Póster debió ser lo que me dió, que como diría Don Quijote "no lo devanase el mesmesemo Aristóteles si resucitase sólo para ello".
   ¿Crees que hay que ser un genio para usar la información sanitaria? ¿Lo eres tú, la usas, o ninguna de las dos cosas? ¿Es por la falta de calcio de nuestra infancia?

 

lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Impossible mission?

La Agencia Española de Protección de Datos no está muy contenta con la seguridad, en la Sanidad Pública, de los datos personales. Parece que se han encontrado este tipo de información en las redes P2P del eMule, en contenedores de basura, en el frío asfalto, etc. Las sanciones impresionan - son unos miles de eurazos, oye - pero, parece que siguen saltando de cuando en cuando a la prensa, este tipo de noticias que gustan a algunos de dar.
   Parece que los requerimientos de protección a datos de salud de los ciudadanos requieren algo más que un fichero con llave, lo que por otra parte en muchas ocasiones no se cumple como todos ustedes saben o deberían saber. Y es que son precisas medidas de auditoría periódicas, disociación de datos personales de los más sensibles, encriptación en los envíos de información...Ojo a esto último. El mail debe ir encriptado, ¿pero y el fax? Cuidado que han existido ya casos, y es que si te baila un número al marcar puede salir la página en cualquier lado. Luego está el tema de registrar a los que acceden a los datos y la causa de ello, que no se yo si eso funciona cuando hablamos de los papeles de toda la vida.
   Ah, se me olvidaba todo aquello del consentimiento a ceder mis datos. ¡Menudo lío hay ahí! Para muestra el tema de alguien de 16 años que tendría que autorizar cualquier cesión de sus datos, lo que incluye a sus padres. Pero es que además para la legislación que nos ocupa en materia de protección de datos,  la madurez está en los 14 años para estas cuestiones, si no me equivoco que en ésto toco de oído.
  ¿Cómo lo ves tú? ¿Crees que en España tenemos perdidos los papeles? ¿En tu centro de trabajo están protegidos y, si es así, cómo hacen con el fax? ¿Es esto de la protección una simple cuestión de dinero? ¿De ser así, hay dinero para la protección exigida? ¿Aumentarán los pleitos por estos temas? ¿O crees, simplemente, que al latino este tema le importa tangencialmente, por decirlo de manera elegante?

sábado, 6 de noviembre de 2010

Sol, playa...¿y cirugía?

De junio a octubre de este año parece que la Unión Europea ha sentado las bases para regular este trasiego de pacientes de un Estado a otro, con tratamientos sanitarios especializados y costosos de por medio. La cosa parece quedar en que paga el país de afiliación (donde se ha cotizado, vaya), y en caso de países terceros pues el de residencia habitual. Bueno, qué más da. El caso es que el Tribunal de Justicia ha dado el visto bueno, con algún matiz, a la cuestión clave de las autorizaciones previas a tratamientos. Por otro lado se equiparan los pagos a los costes "razonables" en el país que tiene que pagar y no en el de destino. Así pues, parece que se pone algo de orden en el convento.
  ¿Pero, y el resto? ¿Los que vienen de "otros sitios" que no son Unión Europea? ¿Y lo irregulares? Como saben, en Francia el presidente Sarkozy está creando estilo y, aparte de sacar gitanos rumanos, está poniendo un copago a este tipo de ciudadanos. ¿Es éste el futuro? ¿Deben los Gobiernos adoptar medidas similares si no quieren exponerse a una xenofobia creciente? ¿Asumimos un Estado del Bienestar nuestro y otro aparte de segunda división?
   Por cierto, fíjense en la pasta que mueve este tema entre los Estados. Curiosamente, en este tema España presenta una balanza de pagos muy favorable, vamos que ingresará más que pagará.
   Lo que no acabo de ver es si ese dinero desembocará en la Sanidad.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Entre 12 y 16. ¿Cuerpo a tierra?

  Puede que aún no sepa cepillarse los dientes, alimentarse, hacerse un nudo de corbata, sacar un billete de autobús...pero ¡ay. compañer@! este elemento/a es todo un potencial maduro que tienes que "valorar" en su más amplio sentido de la palabra. Sin saber cómo, te has convertido en el "ultrahéroe" de Shin Chan, en su Defensor.
   Si la cosa es urgente no hay problema. ¿Pero y si la decisión siendo demorable es de importancia? Si coinciden padres y elemento/a, tampoco hay problema. ¿Pero y si no coinciden? ¿O peor todavía, y si no coinciden ni padre ni madre, que no se ven más que en juicios?
   Nos queda París, que en este caso es aquello del "interés jurídico superior del menor", pero como decía aquel Presidente de la República en su discurso de investidura: "Si yo no mando ni en mi casa". ¡Qué difícil es ser padres - digo, médicos!
   Para remate, y si no me falla la memoria, en esos años se cambia de pediatra a médico de familia. Por cambios a estas edades que no falten.
   Algo sí que tenemos a nuestro favor los sufridos servidores de la medicina, y es que no me negarán ustedes que ahora, con la alimentación o lo que sea, son mucho más altos, y así es más fácil catalogarlos como maduros/as.

martes, 2 de noviembre de 2010

Uno que conozco.

Cuando entro en un Hospital, como "cliente", acompañando por ejemplo a mi padre de 90 años por esos pasillos, siempre me deprimo. Es curioso que cuando trabajaba en uno de esos Centros era capaz, camino de la cafetería, de desayunar tras pasar por la zona de niños con leucemia. Me afectaba claro, pero no me deprimía. Pero como paciente la cosa cambia. Te fijas en todo, hasta en los cuadros de las paredes. Te fijas en primer lugar porque tienes mucho tiempo, tiempo de esperas interminables con suerte sentado. En ocasiones no sabes ni quién es el médico al otro lado de una puerta. Y ya dentro se solapan la exclusividad de tu problema y el siguiente de la lista. Te fijas porque estás jodido y vas a ver qué remedio tiene la ciencia médica, personalizada en pasillo, puerta y médico desconocido. Te fijas porque hace unos meses que esperas ese momento de "la cita".
   Dice un abogado conocido que el día que tenga que entrar en un Hospital, como enfermo, pondrá demandas a diestra y siniestra. Le creo, bueno, al menos le creo si puede hacerlo y no entra malamente que todo puede ser. ¿Se han puesto ustedes a pensar en el montón de cuestiones que regula la legislación sobre la atención sanitaria que debemos recibir? Vive Dios que casi ninguna se cumple, aunque la gente no suele saberlo.
   En realidad ni la gente ni los profesionales saben que su noviazgo está meticulosamente regulado. A éstos les bastará con curar y a aquellos con ser curados.
  Esperemos que mi conocido abogado tarde en "fijarse" en esos pasillos, en esas puertas, en esos médicos desconocidos.

sábado, 30 de octubre de 2010

Antijuridicidad.

Es uno de los presupuestos objetivos de la responsabilidad extracontractual y viene a equivaler, para que se entienda, a cualquier conducta (lícita o no) que acarree daño a un tercero, y sólo puede evitarse si concurre alguna causa que excluya dicha antijuridicidad, que para el caso de nuestros profesionales sanitarios viene a sustanciarse en la fuerza mayor adornada de ausencia de culpa, por aquello de la lex artis. Hablando en cristiano, que somos responsables (la Administración Pública es responsable) por el hecho de causar un daño a un paciente si éste no tiene por qué soportarlo, se demuestra relación de causalidad entre nuestros actos u omisiones y su lesión, y además nosotros no podemos demostrar que lo hicimos todo bien. Es la tormenta perfecta. ¿Pero para quién? Pues no para el profesional, ciertamente, que a lo sumo sólo se verá obligado a contestar en un informe acerca de su actuación. Pero, en la mayor parte de los casos, tampoco para la Administración Pública, que para éso tiene su seguro como todos tenemos el nuestro en nuestra vivienda, automóvil, etc.
  Así pues, el granizo caerá sobre la Compañía de Seguros, en exclusiva. ¿Se lo creen ustedes? Ya imagino que no, y que habrán caído en que la compañía aumentará el coste de la prima a pagar por la Administración en cada renovación. En matemáticas creo que se llaman cálculos actuariales. Además revisará su cláusula de exclusiones poniéndolo cada vez más difícil. No olviden que las Compañías de Seguros no son ONGs, y que su finalidad es lucrativa, o sea, ganar mucho dinero. Así pues, cada año a pagar más prima mientras haya Compañías que vean rentable el aseguramiento de este riesgo, que cada vez hay menos por cierto. ¿Y con qué se paga? Pues no con el dinero de quien cometió la acción u omisión que provocó el daño, que recordemos que igual ni se enteró de que había un partido jugándose. No señor, se paga con dinero de la Administración que, de alguna manera, está compuesto por el nuestro a través de los impuestos.
   Al final el dinero es como la energía,que ni se crea ni se destruye, sólo cambia de manos; de las nuestras a la Aministración y de aquí a las de la Compañía de Seguros.
   ¿Por qué no repite la Administración contra el que hizo la pifia? Esa es otra historia, para otro día quizás.

  Un saludo.

jueves, 28 de octubre de 2010

Tiempo muerto.

Recapitulemos los ingredientes hasta el momento. Un poco de "por favor" a la hora de informar a los in firmus (enfermos); ese "tocho" al que llamamos historia clínica y en el que tanto nos cuesta participar; esos pacientes que...¿Por qué no decirlo? Me caen como un tiro. Y por fin algo hemos echado de esa vanidad que nos lleva a decidir quién es o no capaz.
   Con estos mimbres podríamos hacer un cesto de RESPETO a éso que llaman "Autonomía del Paciente". Que sí...Que son personas, que no son cosas ni muñecos.
   Creo que tenemos el punto de partida, el inicio de un maravilloso camino hacia la relación PACIENTE-MÉDICO. A la inversa ya lo dominábamos. ¿Verdad?

miércoles, 27 de octubre de 2010

Capacidad de obrar limitada.

   Y me aparece éste que creo yo que "no carbura". ¿La familia? Ni está ni se la espera. De manera que decidiré yo por él.
   Esta no tan excepcional situación nos puede suceder en cualquier momento en nuestra actividad, con lo que algo tendremos que hacer. ¿Tenemos claro qué es un incapaz? ¿Seguro? Por otra parte está ese curioso personaje que parece incapaz, pero a ratos. ¿Y con éste qué hacemos?
  Lo mejor será acudir a su representante. ¿Has oído hablar de él? Pero también podría ocurrir que no confiásemos en su representante. ¿Hay un representante del representante?
   Por otro lado si está incapaz ni se dará cuenta de lo que decido por él, podríamos pensar. Si es así, espero que te gusten las películas de fiscales.
  Ah, no olvides que el incapaz SÍ ES CAPAZ de percibir tu cariño.

martes, 26 de octubre de 2010

¿Cuelgo las ideas en la percha?

   Sí, al entrar en mi consulta. ¿Las dejo con el abrigo? Mi rechazo a las novedades en materia de anticoncepción, prejuicios raciales, recomendaciones en toxicómanos, atención a la tercera edad si ya están al final, extranjeros "go home", políticos del otro lado... ¿Les atiendo por si acaso? ¿Es el miedo un criterio adecuado en la atención sanitaria?
   Somos personas, no robots, y por tanto tenemos sentimientos de rechazo, cariño, asco, odio, y hemos de llevarlos hasta nuestro trabajo sanitario. ¿Pero, una vez allí, dónde los dejamos?
   ¿Debería haber hecho un MIR de laboratorio?

  

La Historia Clínica. ¿Lastre o salvavidas?

Antes de entrar en lo que exige la Ley, seguro que en ocasiones te has planteado el "tedio" de tener que escribir la evolución cada día del paciente. No digamos ya hacerlo con letra clara. ¿Consideras que es una pérdida de tiempo y una mera obligación? ¿Una función de secretaría más bien?
   Sin embargo, es lo cierto que en numerosos casos se pierde un juicio por no poder demostrar que "las cosas se hicieron bien", que "se informó adecuadamente", "que se prescribió una determinada dosis", que "la familia se negó a algún aspecto", etc. ¿No te parece que la Historia Clínica era el lugar perfecto para anotar esas "pequeñas cosas" que no puedes justificar ante el Juez? Ah sí, olvidaba decirte que en ocasiones eres tú el que debe demostrar que actuaste bien.
  ¿Qué opinas?
  

lunes, 25 de octubre de 2010

Información sanitaria. ¿Cómo? ¿A quién?

A menudo, los médicos se sienten inseguros ante ciertos aspectos de la relación con el paciente. Así, por ejemplo, surgen dudas sobre si es adecuada o no una determinada información. Abriremos hoy esta cuestión.
  ¿Puedo informar a un miembro de la pareja acerca de la enfermedad del otro? ¿Debo hacerlo? ¿Cometo una falta en realidad si no lo hago? ¿Hay algún límite en esa información que deba respetar? ¿Debo ser autorizado expresamente para dar esa información?
   ¿Puedo decidir como médico negar una información a un paciente acerca de una enfermedad de difícil o imposible curación?
   ¿En qué consiste el consentimiento informado? ¿Crees que tamaña "cosa" existe en el mundo?
  No lo complicaremos más hoy. Empezemos o mejor, empieza tú, lector. Opina, rebate, y al final buscaremos juntos una solución a cada conflicto, y esa solución será la que el Derecho nos permita. Es tu turno...