domingo, 28 de noviembre de 2010

¿Cómo dice?

Hoy no estoy inspirado para tratar tema alguno, de manera que puesto que voy a aburrirles, qué mejor asunto que una Sentencia del Tribunal Constitucional aprovechando que hay elecciones en Cataluña. Les advierto que en cierta epoca de mi vida en la que estaba afectado de insomnio, usaba "Las confesiones" de San Agustín para conciliar el sueño, pero el Tribunal  Constitucional es mejor, indudablemente.

   Como saben, este tipo de tribunales son un poco como el hechicero de una tribu india, digamos que guían a todo el convento sentando la interpretación verdadera de la cuestión que se pueda plantear, y como -repito- hoy elijen en Cataluña a sus políticos preferidos y quieras que no hay cierta envidia sanilla hacia esta tierra por parte de otras con menos recursos, pues les dejo este maravilloso texto de 1983 en el que se pronuncian sobre la igualdad jurídica básica de las comunidades autónomas. Que lo disfruten y entiendan.

   "... En segundo lugar, y por lo que se refiere al proceso autonómico carece de base constitucional la pretendida igualdad de derechos de las Comunidades Autónomas...Ya este Tribunal Constitucional puso de manifiesto en su sentencia de 16 de noviembre de 1981, al valorar la función del principio de igualdad en el marco de las autonomías, que la igualdad de derechos y obligaciones de todos los españoles en cualquier punto del territorio nacional no puede ser entendida como rigurosa uniformidad del ordenamiento. No es, en definitiva, la igualdad de derechos de las Comunidades Autónomas lo que garantiza el principio de igualdad de derechos de los ciudadanos...sino que es la necesidad de garantizar la igualdad en el ejercicio de tales derechos lo que, mediante la fijación de unas comunes condiciones básicas, impone un límite a la diversidad de las posiciones jurídicas de las Comunidades Autónomas..." (STC 76/1983, de 5 de agosto).

jueves, 25 de noviembre de 2010

Violencia de género.

El edificio legal contra la violencia doméstica y el fomento de la igualdad entre hombres y mujeres es, en España, impresionante. A otras muchas cosas no, pero hay que reconocerle al gobierno de Zapatero su dedicación a este asunto. (Legislación Orgánica de protección integral y de igualdad efectiva, medidas judiciales de calado con reforma de la Ley Orgánica de Poder Judicial incluída, ayudas económicas y asistencia a las víctimas, sistema de Registros, inserción sociolaboral, creación de Observatorios y Delegaciones Especiales, atención específica a inmigrantes, planes de sensibilización y prevención, coordinación legislativa con Dependencia, y un largo etcétera que sería largo de enumerar). ¡Será por leyes o planes!
   Digno de admiración el esfuerzo, desde luego, y la sensibilidad que demuestra el cortijo político - tan brutote en otras cosas - hacia esta vergüenza de la humanidad, cual es la consideración de otro ser humano como inferior por razón de sexo, y la agresión consecuente a dichas personas.
   ¡ Y sin embargo, se mueve! Así es, los crímenes siguen, las víctimas siguen, la violencia sigue. ¿Por qué?
  Leo muchas explicaciones al respecto: falta de fluidez y medios en la Justicia, necesidad de abordajes integrales, miedo y derecho a desistir de las víctimas... Serán..., no digo yo que no. Pero en mi humilde opinión aquí lo que falla son los cimientos de la persona, de la familia, de la concepción de la vida como un esfuerzo constructivo. Un gran país no se construye desde las balanzas comerciales o el PIB del 8 %. Se construye desde la educación en los derechos humanos. Dentro de 30 años China no será un gran país; Finlandia sí.
   Creo que era Umberto Eco el que decía aquello de  "¿en que creen los que no creen en nada?". Al menos, a los sanitarios siempre nos tocará la hermosa parte de aliviar el dolor o el sufrimiento.
   Buen día.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El señor Fainé.

Un señor que se llama Isidro Fainé, y que es Presidente de un Banco, ha dicho que de esta crisis se sale trabajando más todos. Vaya por delante que estoy de acuerdo con él, y que si hubiese dicho que de mi hipoteca se sale pagándola también lo estaría. ¿Pero cómo se trabaja más? Amigo, that´s the question.
  Por lo que a los sanitarios respecta, ya el Estatuto Marco ( Ley 55/2003, de 16 de diciembre, art. 17.1.a) ) consagra nada menos que como un derecho el del "ejercicio o desempeño efectivo de la profesión o funciones que corresponden a su nombramiento", y en sus Principios Generales y los de otras muchas normas, aquello tan poético de la "igualdad, mérito, capacidad y publicidad en el acceso a la condición del personal estatutario". En resumen, que ocupe el puesto el mejor y que trabaje mucho y bien.
   ¿No lo creen? Yo tampoco.
   Suponiendo que en España los que tienen trabajo quisieran trabajar más, es probable que también quisieran cobrar dicho exceso. No sé si el Sr. Fainé incluye este matiz en su estrategia, pero en el peor de los casos también se podría obviar y decirnos que trabajásemos más por el mismo sueldo. Como todos ustedes saben no ha sido esta la estrategia del Gobierno, sino la de que trabajásemos lo mismo y cobrando menos, y como decía aquella canción" "Eso mismo fue, lo que yo le pregunté..." ¿Cómo voy a trabajar más si no me dejan hacerlo ni gratis?
   Pero además, y para los sanitarios, está el tema de las infraestructuras. Pongamos un Equipo quirúrgico, al que tras una aparición de la Virgen, ha decidido hacer el doble de intervenciones incluso cobrándolas. ¿Qué pasa? Pues que es posible que en la ciudad de Springfield el hospital sólo tenga tres quirófanos a compartir, y que además hay que limpiarlos entre operación y operación, como todos ustedes saben.
   De ese acceso por mérito y capacidad ni hablo, que me da el hipo con la risa y después cojo gases. Yo no sé el Sr. Fainé, pero no me negarán ustedes que muchos puestos directivos parecen adjudicarse y malejercerse bajo el demérito y la incapacidad, y quizás a esos ni les valga el trabajar más. Sencillamente porque Dios les ha negado la virtud de dirigir lo que están dirigiendo.
   Y ya por último, que me extiendo, está esa alegría española impermeable a horarios y plazos, que quizás no tenga el Sr. Fainé.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Un alemán, un japonés y un español.

Dicen que un trabajador japonés, o alemán, no va ni a mear sin un protocolo. De hecho una sustancial parte de su remuneración, y aptitud, va ligada a su capacidad de proponer mejoras en su empresa. Estos planes se traducen en ahorro de tiempo, dinero, o entrambos. El río viene a desembocar en el mar de la competitividad que no es más que vender lo mismo más barato, o lo mejor al mismo precio que tu artículo peor.
   ¿Y qué protocolos tienen los médicos? Pues muchos, gracias a Dios. Otra cosa es que se conozcan y, no digamos ya, que se usen.
  ¡Y qué bien les vendría! A ellos y a los pacientes. A estos últimos por obvias razones de efectividad ( que desconcierta un poco que le digan a uno que tiene un pie en la tumba, y al final sea un flemón). Pero a ellos... Dense ustedes cuenta que si terminamos declarando en el contencioso administrativo ( de la jurisdicción penal ni hablo), ese alto funcionario que llamamos juez es quien al final va a decidir si lo hicimos bien o no, y les aseguro que a su precisión relojera a la hora de aplicar el derecho, se une un absoluto desconocimiento de la medicina. Vamos, ni p... idea como es normal.
   Al final va a dejarse llevar, entre otras cosas, por los protocolos más afamados que haya en el world mundial y que, de manera diligente, le habrán hecho llegar peritos de una u otra parte.
   ¿Cómo lo ves? ¿Crees que en España se siguen los protocolos como si de un japonés se tratara? ¿Somos, acaso, más artistas, más toreros, más improvisadores?

sábado, 20 de noviembre de 2010

La dignidad de la muerte.

La Organización Mundial de la Salud define a ésta como: "un estado de completo bienestar físico, mental y social y no la mera ausencia de enfermedad o discapacidad", es decir, que se puede estar enfermo y gozar, sin embargo, de un buen nivel de salud; y por supuesto lo contrario.
   Quiero resaltar, por tanto, que es ligeramente desacertada la opinión, extendida, de que debemos tender a la ausencia de enfermedad como meta realizable descuidando, entretanto, la debida atención de los que de manera irremediable van, o vamos, cayendo en una u otra enfermedad.
   Parece más apropiada la consideración de la vida como un "mientras seguimos viviendo", tal y como Aranguren o Zubiri indicaron. Hacia la muerte, si queremos observarlo de manera funesta, o hacia la mejor de las mejorías posibles a lo largo de una vida de experiencia. Piensen que hay religiones con millones de creyentes que asumen, sin más, el retorno de las almas a este cortijo.
   Donde quiero llevarles es a la atención al final de la vida, al momento de la muerte que ahora, y hace ya unos años también otros, este Gobierno quiere "regularnos". La muerte digna, la muerte sin dolor o sufrimiento, la muerte bajo las propias previsiones, son conceptos que subyacen en esa exigencia de salud aun o a pesar de la enfermedad.
   Pero la muerte con dolor o sufrimiento no es indigna; en realidad la única muerte indigna es la que viene de la mano de otro ser humano que se arroga el papel de Dios, sea o no con sufrimiento. La dignidad, aquí, como cualidad opuesta a la humillación en el momento final de la vida, va a resplandecer ante lo inevitable del hecho de la muerte. La indignidad, la posible indignidad que nunca lo será de la muerte en sí misma, puede llegar y sin duda lo hace desde la falta de cariño, de ternura, de información, de sensibilidad, de apoyo, de comprensión.
   Legislemos sobre el derecho a la muerte digna si así lo quiere la soberanía del pueblo, pero no por ese simple hecho tendremos "salud" en ese momento. Eso depende de tantas cosas que no están escritas en ningún sitio...

jueves, 18 de noviembre de 2010

Bravo por la Justicia.

Acabo de leer la Sentencia nº 761/2010 de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, de 15 de noviembre de 2010. En mi humilde opinión es una gran sentencia. Pero les pongo en antecedentes: en 1989 el joven Antonio Meño es ingresado para someterse a una rinoplastia estética programada, y de allí sale en coma irreversible en el que aún se encuentra. La familia, que hay que ponerse en situación, parece ser que realiza acciones judiciales que vienen a desembocar, aparte del precedente proceso penal, en que pierden en Primera Instancia, en la Audiencia Provincial, y en el propio Tribunal Supremo. Ahora, 20 años después, aparece un médico que estuvo presente en la intervención como aprendiz, y que testimonia una versión de los hechos distinta (desconexión accidental y desapercibida para el anestesista, que estaba a la vez en otro quirófano, del tubo de anestesia endotraqueal conectado al respirador), y hace ese testimonio -según él mismo dice - porque siempre creyó que el anestesista había sido condenado y que la familia había sido indemnizada. La perdida de estos juicios llevaba un coste para la familia de Antonio Meño de cientos de miles de euros, algo que les tiene arruinados.
   Los Fundamentos de Derecho de la Sentencia del Supremo, partiendo de la necesaria seguridad jurídica de las sentencias firmes, y de la necesaria revisión en tasados supuestos interpretados con criterios restrictivos, todo ellos establecido en el artículo 510 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, vienen a considerar no sólo los hechos nuevos, sino los meros descubrimientos nuevos, los "nova reperta", tal y como es aquí el caso.
   Cuando existe un proceder doloso destinado a provocar indefensión, mediante astucia, aritificio o ardid, estableciendo que ese fraude determinó causalmente, en su día, el fallo condenatorio, y que los hechos que ahora surgen son ajenos a aquel pleito y que ahora han de ser enjuiciados debidamente, le llevan a encuadrar este caso en el ordinal 4º del artículo 510, antes citado. Es decir, lo consideran "maquinación fraudulenta" en relación con la prueba.
   Ya entre nosotros, no tienen desperdicio las declaraciones del médico ahora denunciante de aquella irregularidad -hay que reconocer que le ha echado un par...-, ni desde otra óptica tienen desperdicio las alegaciones de la representación legal de la Compañía de Seguros, de la Clínica, y del anestesista, por cierto todos ellos pidiendo más costas para esta familia. A veces viene bien algo de humanidad, y recordar que en el derecho existe un verbo denominado "transar".
   El Supremo desmonta ahora todo lo juzgado y lo reenvía a su origen, es decir, a un nuevo juicio que determine la verdad de lo ocurrido. Que sea así no cambiará para nada el sufrimiento de esta gente, pero vendrá muy bien para que la Justicia resplandezca con el brillo de una credibilidad, por momentos, apagada.

martes, 16 de noviembre de 2010

Como cambia todo.

En Medicina teníamos, de toda la vida, un cajón de sastre que era la etiología idiopática. Ya saben, la palabra que ponemos cuando no tenemos ni idea del origen de una enfermedad. Nos encanta eso de tener una categoría, un concepto, para cualquier cosa. En estos tiempos hay una nueva categoría que circula con la tenacidad de un cuñado en nuestra casa de verano. Me refiero a la de los "Nuevos Pacientes". Aquí cabe de todo: los que buscan datos médicos en internet, los inmigrantes y sus necesidades de salud, los peligros de las nuevas drogas, el asociacionismo de los pacientes que deciden asociarse, las ofertas de la Administración para mejorar la accesibilidad de los pacientes, etc.
   Recuerdo que había un profesor en la Facultad que, a la vez que nos advertía sobre el peligro del "cubata", nos recordaba con constancia que estábamos allí no para saber medicina, sino para -el día de mañana - saber dónde buscar medicina. Claro está que en aquellos tiempos ni se sabía de internet ni se sabía del PC (Bueno...quizás ya existía el Spectrum, no sé...).
   Madre mía, como cambia todo. Ahora llega un paciente y te dice que le duele el hombro, y que a ver si va a tener un síndrome subacromial y que desde luego de meterle mano que le hagan una "mini-open". No ha estudiado medicina con lo que según mi viejo profesor debería estar impedido para buscar, pero inventaron el Google y ha encontrado 500 folios que, por supuesto, ha imprimido en el trabajo. Por cierto, al preguntarle igual te dice que la noche anterior "estuvo" con su esposa, y has de recordarle que uno ya tiene una edad. Eso se llamaba anamnesis, y creo que aún existe.
 

domingo, 14 de noviembre de 2010

De honores e impuestos.

"Por esta razón (aumentar los impuestos sobre herencias y manumisiones) declaró a todos los habitantes del Imperio ciudadanos romanos. Teóricamente se trataba de honrarles, realmente era para percibir sumas mayores como consecuencia de esta medida, pues los peregrinos no pagaban la mayor parte de estas tasas". (DION CASIO).

   En esta cita de hace 1800 años, Casio critica una de las grandes medidas del Emperador romano Caracalla, la concesión de la ciudadanía a todo el Imperio. Parece que se los honraba cuando en realidad se los expoliaba un poco más.

   A pesar de que ya ha llovido, ¿crees que hoy pasa lo mismo siendo otros los Emperadores? ¿Somos los peregrinos de ahora nosotros? ¿Los primos, quizás?

   Si te han salido tres "síes" mucho me temo que los "Casios" de hoy también se retirarán de la vida pública.
   Si te han salido tres "noes"... ¿NO SERÁS DE HACIENDA, EH?

viernes, 12 de noviembre de 2010

¿La casa por el tejado?

En mayo se publicó en Andalucía la Ley 2/2010 de Derechos y Garantías en el proceso de la muerte (título resumido), y creo que en Navarra trabajan en una línea similar, pero no quiero ahora tratar la atención al enfermo terminal, su sedación, sus posibles Instrucciones Previas para esos momentos, si es o no posible la objeción de conciencia, etc. Quiero hablar de algo mucho más simple, más básico: el edificio legal de un país.
   Ya en 1986 nuestra Ley General de Sanidad hablaba de Derechos de los pacientes, y tres décadas después seguimos legislando sobre Derechos. La justificación técnica, por si alguno no la sabe, es la "sensibilidad social" de cada etapa histórica que reclama del Legislativo una mayor atención a sus necesidades e inquietudes. Cambian las necesidades, deben cambiar las Leyes. ¿Deben? ¿Qué necesidades? ¿Quién decide qué necesita el Pueblo? ¿Quién decide cuándo? ¿Crees que en estas cosas pasa como con los pantalones "campana" que siempre pueden volver a estar de moda?
   Pero tampoco me importa hoy analizar si esas necesidades son reales. Ahora mismo quiero llegar a algo mucho, mucho más simple: los cimientos de este edificio legal sanitario, es decir, la Ley General de Sanidad de 1986. (Para los que sean de otros países, seguro que tienen una Ley similar). Decía en su artículo 10 que todos tienen derecho: al respeto y a la ausencia de discriminación; a la información; a la confidencialidad, a la necesidad de autorización y consentimiento; a la libre elección; a la asignación de un médico interlocutor; a negarse a un tratamiento; a participar; a reclamar y sugerir, etc. En esto pasa como con los Derechos Humanos, que no por su antigüedad se cumplen. Han pasado 24 años desde que se escribió esta Ley de Sanidad y si me bajo a la calle, y pregunto por estos Derechos, la gente no sabrá ni de qué le hablo.
   ¿Cómo lo ves, desarrollo legislativo o narcisismo de los políticos? ¿Te parece mejor ir paso a paso en la consolidación de un derecho antes de pasar a otro? ¿Mejor todo de golpe? ¿Mejor menos Leyes pero que se conozcan y cumplan?

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Información, dicen.

Hoy he estado en un curso, de oyente. Sobre un nuevo programa informático. ¡Qué cantidad de datos!, pensaba yo mientras lo mostraban aunque, por momentos, llegaban con cierta lentitud y la culpa, en esos casos, siempre la tiene el "servidor" que no sabemos bien qué o quién es pero sí que hay otro mejor, si bien más caro.
  Pero perdonen que me vaya por los cerros de Úbeda. El caso es que pensaba yo, también mientras lo mostraban, ¿para qué exactamente me van a servir estos datos? Hay una parte de gráficas que dedicándole un ratito...¡Ya está, pensé! Con todo ésto puedo hacer un Póster, o dos, para un Congreso. Oigan que eso puede equivaler a un pasaje o parte de él para dicho evento, con la anuencia de la Administración, con una ayudita económica, vaya, amén de unos días de asueto.
   La relación de X, por tramos de edad, sexo, lugar geográfico, unido al parámetro Y, y todo ello en año de sequía tenaz, ¿es o no es una "peaso de ponencia"? Hasta una publicación puede salir de aquí.
   Lo malo es que también me acordé de la madre de una compañera, experta en información sanitaria, a la que hace unos meses pedí unos datos. Lo que le sobró del Póster debió ser lo que me dió, que como diría Don Quijote "no lo devanase el mesmesemo Aristóteles si resucitase sólo para ello".
   ¿Crees que hay que ser un genio para usar la información sanitaria? ¿Lo eres tú, la usas, o ninguna de las dos cosas? ¿Es por la falta de calcio de nuestra infancia?

 

lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Impossible mission?

La Agencia Española de Protección de Datos no está muy contenta con la seguridad, en la Sanidad Pública, de los datos personales. Parece que se han encontrado este tipo de información en las redes P2P del eMule, en contenedores de basura, en el frío asfalto, etc. Las sanciones impresionan - son unos miles de eurazos, oye - pero, parece que siguen saltando de cuando en cuando a la prensa, este tipo de noticias que gustan a algunos de dar.
   Parece que los requerimientos de protección a datos de salud de los ciudadanos requieren algo más que un fichero con llave, lo que por otra parte en muchas ocasiones no se cumple como todos ustedes saben o deberían saber. Y es que son precisas medidas de auditoría periódicas, disociación de datos personales de los más sensibles, encriptación en los envíos de información...Ojo a esto último. El mail debe ir encriptado, ¿pero y el fax? Cuidado que han existido ya casos, y es que si te baila un número al marcar puede salir la página en cualquier lado. Luego está el tema de registrar a los que acceden a los datos y la causa de ello, que no se yo si eso funciona cuando hablamos de los papeles de toda la vida.
   Ah, se me olvidaba todo aquello del consentimiento a ceder mis datos. ¡Menudo lío hay ahí! Para muestra el tema de alguien de 16 años que tendría que autorizar cualquier cesión de sus datos, lo que incluye a sus padres. Pero es que además para la legislación que nos ocupa en materia de protección de datos,  la madurez está en los 14 años para estas cuestiones, si no me equivoco que en ésto toco de oído.
  ¿Cómo lo ves tú? ¿Crees que en España tenemos perdidos los papeles? ¿En tu centro de trabajo están protegidos y, si es así, cómo hacen con el fax? ¿Es esto de la protección una simple cuestión de dinero? ¿De ser así, hay dinero para la protección exigida? ¿Aumentarán los pleitos por estos temas? ¿O crees, simplemente, que al latino este tema le importa tangencialmente, por decirlo de manera elegante?

sábado, 6 de noviembre de 2010

Sol, playa...¿y cirugía?

De junio a octubre de este año parece que la Unión Europea ha sentado las bases para regular este trasiego de pacientes de un Estado a otro, con tratamientos sanitarios especializados y costosos de por medio. La cosa parece quedar en que paga el país de afiliación (donde se ha cotizado, vaya), y en caso de países terceros pues el de residencia habitual. Bueno, qué más da. El caso es que el Tribunal de Justicia ha dado el visto bueno, con algún matiz, a la cuestión clave de las autorizaciones previas a tratamientos. Por otro lado se equiparan los pagos a los costes "razonables" en el país que tiene que pagar y no en el de destino. Así pues, parece que se pone algo de orden en el convento.
  ¿Pero, y el resto? ¿Los que vienen de "otros sitios" que no son Unión Europea? ¿Y lo irregulares? Como saben, en Francia el presidente Sarkozy está creando estilo y, aparte de sacar gitanos rumanos, está poniendo un copago a este tipo de ciudadanos. ¿Es éste el futuro? ¿Deben los Gobiernos adoptar medidas similares si no quieren exponerse a una xenofobia creciente? ¿Asumimos un Estado del Bienestar nuestro y otro aparte de segunda división?
   Por cierto, fíjense en la pasta que mueve este tema entre los Estados. Curiosamente, en este tema España presenta una balanza de pagos muy favorable, vamos que ingresará más que pagará.
   Lo que no acabo de ver es si ese dinero desembocará en la Sanidad.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Entre 12 y 16. ¿Cuerpo a tierra?

  Puede que aún no sepa cepillarse los dientes, alimentarse, hacerse un nudo de corbata, sacar un billete de autobús...pero ¡ay. compañer@! este elemento/a es todo un potencial maduro que tienes que "valorar" en su más amplio sentido de la palabra. Sin saber cómo, te has convertido en el "ultrahéroe" de Shin Chan, en su Defensor.
   Si la cosa es urgente no hay problema. ¿Pero y si la decisión siendo demorable es de importancia? Si coinciden padres y elemento/a, tampoco hay problema. ¿Pero y si no coinciden? ¿O peor todavía, y si no coinciden ni padre ni madre, que no se ven más que en juicios?
   Nos queda París, que en este caso es aquello del "interés jurídico superior del menor", pero como decía aquel Presidente de la República en su discurso de investidura: "Si yo no mando ni en mi casa". ¡Qué difícil es ser padres - digo, médicos!
   Para remate, y si no me falla la memoria, en esos años se cambia de pediatra a médico de familia. Por cambios a estas edades que no falten.
   Algo sí que tenemos a nuestro favor los sufridos servidores de la medicina, y es que no me negarán ustedes que ahora, con la alimentación o lo que sea, son mucho más altos, y así es más fácil catalogarlos como maduros/as.

martes, 2 de noviembre de 2010

Uno que conozco.

Cuando entro en un Hospital, como "cliente", acompañando por ejemplo a mi padre de 90 años por esos pasillos, siempre me deprimo. Es curioso que cuando trabajaba en uno de esos Centros era capaz, camino de la cafetería, de desayunar tras pasar por la zona de niños con leucemia. Me afectaba claro, pero no me deprimía. Pero como paciente la cosa cambia. Te fijas en todo, hasta en los cuadros de las paredes. Te fijas en primer lugar porque tienes mucho tiempo, tiempo de esperas interminables con suerte sentado. En ocasiones no sabes ni quién es el médico al otro lado de una puerta. Y ya dentro se solapan la exclusividad de tu problema y el siguiente de la lista. Te fijas porque estás jodido y vas a ver qué remedio tiene la ciencia médica, personalizada en pasillo, puerta y médico desconocido. Te fijas porque hace unos meses que esperas ese momento de "la cita".
   Dice un abogado conocido que el día que tenga que entrar en un Hospital, como enfermo, pondrá demandas a diestra y siniestra. Le creo, bueno, al menos le creo si puede hacerlo y no entra malamente que todo puede ser. ¿Se han puesto ustedes a pensar en el montón de cuestiones que regula la legislación sobre la atención sanitaria que debemos recibir? Vive Dios que casi ninguna se cumple, aunque la gente no suele saberlo.
   En realidad ni la gente ni los profesionales saben que su noviazgo está meticulosamente regulado. A éstos les bastará con curar y a aquellos con ser curados.
  Esperemos que mi conocido abogado tarde en "fijarse" en esos pasillos, en esas puertas, en esos médicos desconocidos.