martes, 7 de diciembre de 2010

El Consentimiento Informado.

  Ya llevamos unos años con este concepto de "consentimiento informado", pero creo que muchos pacientes y profesionales sanitarios no saben bien qué es. Digamos que están los que "pasan" de este asunto; por otro lado los que interpretan que es un documento dado a firmar; y por último los que sí saben de qué hablamos. Tengo ganas de conocer un día a alguno de este último grupo.

   Si me dejasen diseñar un cuestionario para profesionales, con diez cuestiones a contestar sobre la información sanitaria y el consentimiento del paciente, les aseguro que suspendería el 95 % y, probablemente, yo entre ellos.

   En fin, que es un tema clásico sí, pero no más que Dante y nadie lo ha leído.

   ¿Cómo dice el refrán? "Vista la gruta visto el ermitaño", o algo así. Veamos la gruta pues.

   ¿Informamos o no informamos? Parece fácil pero yo creo que es el momento más complicado. Hay que sopesar la capacidad, la entereza, la salud psíquica y física de la persona, su ánimo de vida o de muerte, si ha pedido expresamente ser o no ser informado, si tiene o no familia y de qué paño es ésta... Muchas cosas para el siguiente momento, mucho más sencillo: ¿Cuándo informamos? Por Dios Santo, no lo hagan antes de entrar a quirófano y den ustedes, por caridad cristiana, siquiera uno o dos días para que se lo piense, obviamente urgencia aparte. ¿Y quién informa? Pues aunque el celador sea un tipejo gracioso con el que da gusto ir de cañas, por favor, que no informe él dando un papelote y diciendo "me firme usté aquí", que es tan cierto y cotidiano como que me llamo Pepe. Que informe el "Médico Responsable", que tiene que haberlo créanme, de manera que échenlo a suertes o como quieran, pero que esté establecido de antemano.
¿Y de qué informa? Los documentos ya impresos están muy bien pero cuidado con ellos. En primer lugar asegurémonos de que el paciente sabe leer, que estos ojitos míos han visto algún documento firmado por alguien que no sabía leer, y esto tiene mala defensa ante el Juez creo yo, incluso he visto uno que firmó diciendo que no autorizaba y le operaron media hora después, que es ya como el misterio de la Santísima Trinidad, incomprensible. Incluso ví uno sobre los riesgos de la intervención de cataratas que vive Dios que haría falta un buena lupa para ver las letras. Y para terminar, que esa información sea continuada durante el proceso. Que el paciente sepa que puede cambiar todo en cualquier momento, que donde dijo digo ahora diré Diego, que él es el dueño de su éxito o su desastre y que lo que firmó, si es que firmó, no es la hipoteca de su casa sino un papelote es muchos casos de difícil lectura.

   Y con estas cosas bien hechas, habremos informado, aunque con mucho menos nos libremos de una reclamación que esa es otra película distinta.

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