jueves, 18 de octubre de 2012

No nos podemos quejar.

  No sé si conocen ustedes ese chiste en el que se encuentran dos individuos:

   + ¿Y usted, de dónde es?
   - Yo soy de Cuba.
   + ¡ Madre mía, qué suerte !
   -  No nos podemos quejar.
   + ¡ Hombre ! Con esas playas, ese clima, esa alegría, esas...
   - ¡ QUE NO NOS PODEMOS QUEJAR !

  Y es que me viene a la memoria por cuanto, en estos días, escucho con pruriginosa insistencia cierto malestar en periodistas y tertuleros, ni más ni menos que insistiendo en la inconveniencia de las protestas varias, estudiantiles y obreras sobre todo, que se producen a lo largo de esta nuestra España. Incluso he escuchado a alguno, minutos después de quejarse de esta rebeldía multitudinaria, decir que las cifras de paro son una mentira, y que hay mucho trabajo sumergido.

   Pues que se lo digan a un conocido que me acabo de encontrar, que ya no sabe dónde dejar su CV. Salvo que iba calado por la lluvia no he visto yo nada sumergido en su actitud.

   El otro argumento de estos tertuleros, sabios sobre todo en aquellos temas que usted no domine, es que estas protestas son producto de la manipulación de la izquierda; ya saben, de esa izquierda nuestra que no sabe vivir alejada del poder y que hará cualquier cosa por recuperarlo. Aunque sólo sea para empatar un partido que viene perdiendo por goleada, desde hace 200 años, frente a la derecha.

   Pues bien, es obvio que si la clase media viene siendo cada vez menos media en este país, pagando el triple de agua, el doble de electricidad y gas, y cobrando menos dizque por recortes cuando no impuestos, y ello el que cobra que cada vez es menor el número... Algo se podrán quejar, ¿no?.

  
   Qué duda cabe que es más fácil dejarse manipular en estas desventajosas condiciones, pero el malestar "haberlo haylo".

   Todo estudiante de Derecho conoce que las normas son producto de la sensibilidad social de cada tiempo; las normas y su interpretación. Y conocen, además, que la soberanía reside en el pueblo. y yo añadiría "de manera constante". Pues tal es así con la interpetación que nuestros jueces hacen de la ley, es decir, con una continuada adaptación a la sensibilidad social.

   Así pues, tertuleros y partidos políticos, acudan a su pueblo algo más de cada cuatro años para votarles. Por ejemplo, acudan a nosotros para preguntarnos cosas como qué modelo de Estado queremos, con o sin Autonomías, con o sin Monarquía, con o sin España/Cataluña...

   A ver qué nos sale.

  Buen día.