viernes, 11 de febrero de 2011

Segunda opinión y tertulias.

   En España, muchas Comunidades Autónomas han desarrollado el derecho a una segunda opinión médica. Al igual que otras muchas cuestiones, todas vienen a decir más o menos lo mismo, pero ¿que Comunidad Autónoma sería si no tuviese su propia ley para algo? ¡Vengan leyes, ya saben!

   En general, se trata de autorizar este derecho siempre que se reúnan requisitos de gravedad, amenaza de discapacidad o dudosa relación riesgo / beneficio. Porque sepan ustedes que en este cortijo los derechos se reconocen, pero luego ya veremos si se autorizan o no.

   Yo, ayer mismo por la noche decidí unilateralmente hacer uso de esta opción a informarme. ¿ Y sobre qué? Pues sobre algo que me preocupa y que requiere un buen diagnóstico. ¿Estamos arruinados o no estamos arruinados? A fe mía que reúne todos los requisitos la cuestión.

   Pues nada, me voy a la tertulia de Intereconomía y, en cosa de media hora, casi que decido bajar al sótano a elegir la maleta con la que emigrar de este país. Sin embargo, me recupero un poco y acudo a la tertulia de la Sexta en la que, de manera sorprendente, encuentro a Nacho Villa cual maestro de ajedrez en una partida simultánea. ¡ Desde luego este hombre tiene valor, o le pagan mucho no sé! El caso es que aquí el mundo se torna maravilloso, y más que la maleta lo que me entran ganas es de abrir un buen vino y regar mis dudas con al lado, si es posible, un platito de jamón.

   Y yo me pregunto...¿Serán las segundas opiniones médicas así?  ¿Me dirá un artista que voy a quedar como una rosa y el otro, cual parca maldormida, que acabaré en una silla de ruedas? Porque si esto es así, y bien pudiera serlo, ¿para qué sirve esta segunda opinión? ¿Para que me entren más dudas?

   No sé no sé... En cualquier caso estoy mayor para emigrar y aún joven, a Dios gracias, para beber vino. Bebamos pues y veamos Telecinco que ahí no hay dudas señores. Es lo que hay.

   Buenos días.

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