viernes, 9 de marzo de 2012

Non capisco niente.

  Famosa frase que, al parecer, proclamó Amadeo de Saboya ( nuestro Rey Amadeo) antes de irse más alegre que vino, con el advenimiento de la Iª República ( la Gloriosa Revolución) allá por 1868. Y es que el panorama político y social español dejo estupefacto a este buen hombre: Unionistas, radicales y progresistas conservadores, cantonalistas, y todo ello entre el ejército, la Iglesia, el cantonalismo y la guerra entre burguesía oligárquica e industrial, arrojaban un escenario que el de Saboya - pensó - comprendería mejor desde la lejanía.

   Pues sirva esta maravillosa y humilde frase para, si me lo permiten, trasladarles mi inquietud e incomprensión sobre lo que se cuece en Grecia. Trataré de ser explícito: parece ser que los Griegos andan jodidos -más que nosotros -, como todos ustedes saben, y se acaba de aprobar el enésimo rescate o aportación económica para ayudarles. ¿Pero para ayudarles a qué? Pues parece ser que para que con ese dinero paguen lo que deben, que no es poca cosa, y ello referido a lo que deben y no les ha sido perdonado -quita en términos técnicos - que es un elevado porcentaje de su deuda, es decir, que esa ya no se cobra ni que Jesucristo vuelva a la Tierra como prometió.

   O sea, que se les presta dinero - mucho - para que devuelvan el que deben ya.

¡¡¡¿¿¿???!!!

  ¿Lo entienden ustedes? Ya imagino su respuesta.

  Pues sepan que esto es así para salvar el Euro, y que Grecia no tenga que salir del sistema, y con ello se garantice la estabilidad de la Unión Económica Europea, que es también la de los Estados Unidos. Pero, y esto lo dicen economistas y no yo, las transfusiones de sangre que estamos dando a este enfermo griego, no hacen sino reponer su volumen sanguíneo, pero no reparan el motivo de la hemorragia como todos ustedes pueden comprender, partiendo de que los préstamos son para ayudar a devolver préstamos. Siendo así, que a no tardar veremos una nueva inestabilidad griega y, por tanto, del mundo mundial, y de nuevo - repito - el pánico al tan temido contagio que no es tal, sino que no es más que un "next" o "que pase el siguiente", o sea, el italiano y el español y no necesariamente en ese orden.


   ¿Entonces  que c... estamos haciendo? ¿Ganar tiempo? ¿Para qué?

   Seguro que se me escapan cosas muy básicas, y les ruego que perdonen a este pobre hombre que siempre fue muy malo con los números.

   Buen día.

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