jueves, 18 de noviembre de 2010

Bravo por la Justicia.

Acabo de leer la Sentencia nº 761/2010 de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, de 15 de noviembre de 2010. En mi humilde opinión es una gran sentencia. Pero les pongo en antecedentes: en 1989 el joven Antonio Meño es ingresado para someterse a una rinoplastia estética programada, y de allí sale en coma irreversible en el que aún se encuentra. La familia, que hay que ponerse en situación, parece ser que realiza acciones judiciales que vienen a desembocar, aparte del precedente proceso penal, en que pierden en Primera Instancia, en la Audiencia Provincial, y en el propio Tribunal Supremo. Ahora, 20 años después, aparece un médico que estuvo presente en la intervención como aprendiz, y que testimonia una versión de los hechos distinta (desconexión accidental y desapercibida para el anestesista, que estaba a la vez en otro quirófano, del tubo de anestesia endotraqueal conectado al respirador), y hace ese testimonio -según él mismo dice - porque siempre creyó que el anestesista había sido condenado y que la familia había sido indemnizada. La perdida de estos juicios llevaba un coste para la familia de Antonio Meño de cientos de miles de euros, algo que les tiene arruinados.
   Los Fundamentos de Derecho de la Sentencia del Supremo, partiendo de la necesaria seguridad jurídica de las sentencias firmes, y de la necesaria revisión en tasados supuestos interpretados con criterios restrictivos, todo ellos establecido en el artículo 510 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, vienen a considerar no sólo los hechos nuevos, sino los meros descubrimientos nuevos, los "nova reperta", tal y como es aquí el caso.
   Cuando existe un proceder doloso destinado a provocar indefensión, mediante astucia, aritificio o ardid, estableciendo que ese fraude determinó causalmente, en su día, el fallo condenatorio, y que los hechos que ahora surgen son ajenos a aquel pleito y que ahora han de ser enjuiciados debidamente, le llevan a encuadrar este caso en el ordinal 4º del artículo 510, antes citado. Es decir, lo consideran "maquinación fraudulenta" en relación con la prueba.
   Ya entre nosotros, no tienen desperdicio las declaraciones del médico ahora denunciante de aquella irregularidad -hay que reconocer que le ha echado un par...-, ni desde otra óptica tienen desperdicio las alegaciones de la representación legal de la Compañía de Seguros, de la Clínica, y del anestesista, por cierto todos ellos pidiendo más costas para esta familia. A veces viene bien algo de humanidad, y recordar que en el derecho existe un verbo denominado "transar".
   El Supremo desmonta ahora todo lo juzgado y lo reenvía a su origen, es decir, a un nuevo juicio que determine la verdad de lo ocurrido. Que sea así no cambiará para nada el sufrimiento de esta gente, pero vendrá muy bien para que la Justicia resplandezca con el brillo de una credibilidad, por momentos, apagada.

5 comentarios:

  1. Magnífica síntesis.

    Mi opinión al respecto es la que intuyo que tenemos casi todos, la que tiene cualquier persona con un mínimo se sensibilidad.

    Patri Luna

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  2. En realidad lo que le ha ocurrido a esta familia es algo excepcional. Es casi un milagro que 20 años después aparezca este tipo de testimonio. Me alegro por ellos si acaba siendo verdad todo y esclarecen lo sucedido. A veces necesitamos saber qué pasó... Por otra parte de aquí salía una buena película.

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  3. Amigo José: este caso creo que es una vergüenza un David contra Goliat en el que ganó el más grande por el mero hecho de serlo... Pero sobre todo, a parte de que tuviera o no razón, el médico -que por cierto, ¿dónde estuvo todo este tiempo ese hombre que ahora declara?- pudo haber evitado que esta familia llegara a esta situación. De una forma u otra, este paciente estaba a su cuidado. ¿Pedir perdón perdonando las costas que gravaban a esta familia no habría estado bien?
    Espero que la Justicia caiga de una vez por todas sobre este caso, lo aclare y haga pagar al que sea responsable.
    Un saludo

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  4. Perdón porque entre otra vez: lo que ha hecho el médico nuevo que declara ahora es una prueba de lo justo que es destapar la verdad. No soporto el corporativismo, ese que se nos presupone a los profesionales sanitarios -soy enfermera desde hace unos años-, supuestamente para esconder hasta la extenuación nuestros fallos. Aprovecho también para invitaros a visitar mi blog, en el que hago reflexiones frecuentes de esto que afirmo... http://lolamontalvo.blogspot.com/
    Un saludo... y gracias.

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  5. Gracias por tu aportación Lola, y vamos a visitar ese blog. Un abrazo.

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