martes, 8 de mayo de 2012

No por mucho madrugar...


   Para aquellos que se hayan tomado la molestia de leerme con cierta frecuencia, habrán observado que una de mis obsesiones es el exceso legislativo, esas reformas de las reformas de la reformas, esas disposiciones transitorias que requieren un máster para entenderlas.

   Y es que no dejamos que los ciudadanos, destinatarios de esas normas y -presumiblemente - incitadores exigentes de las mismas a través de sus legítimos representantes ( no se rían, por favor)...No dejamos- digo - que los ciudadanos lleguen a entender estas normas y no digamos ya a cumplirlas.

   ¿ Por qué? ¿Qué prurito-narcisismo político hace que nuestros diputados cambien y cambien? ¿Para qué? Si no hay resultados que evaluar o analizar. Piensen que hay normas que casi ni han entrado en vigor y ya están derogadas. Y no vayan a pensar que son circulares de salir al paso no, no... Son señoras normas, como por ejemplo las que regulan la interrupción voluntaria del embarazo, que yo ni les digo que sí ni les digo que no, allá cada uno con lo que hace, pero estarán conmigo en que la norma vigente no ha llegado ni a funcionar y ya la quieren cambiar otra vez.

   Y así a cientos.

 

   Qué tiempos aquellos en que se hacía un Código allá por fines del S. XIX y ahí siguen vigentes con retoques. Aquellas eran leyes, y quizás aquellos eran legisladores, no lo sé. Lo que sí sé es que estos de ahora no lo son; son, si quieren, legisla-scouts.

   No me gusta este fast food legislativo. Prefiero esos platos de legumbres y asados y guisos bien reposados, tomados a fondo tras 24 o 36 horas desde su realización. ¡Qué sabores!

   Dejen reposar, hombre, que el pueblo llano y mayoritario creo yo que no está para la nouvelle couisine.

   Buen día.

3 comentarios:

  1. ¡Cuánta razón tienes!Por no hablar ya del "corta y pega". Salen unos bodrios que no los entienden ni los que los han gestado, como el último RD de Sanidad, que no saben si se puede aplicar lo que han decretado, y no han tardado nada en añadir correcciones, y ni por esas. Pero no todo es del "corta y pega", también es de la ignorancia más supina. Así nos va.

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  2. Ese RD del que hablas nos regresa a la filosofía del "asegurado con derecho a...", y además deja el suspense de unos reglamentos que catalogará, nada más y nada menos, nuestra cartera de servicios. ¿Ignorancia o maldad? Mucho temo que ambas cosas.

    Un saludo.

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  3. Estoy totalmente de acuerdo con vosotros, Fidel y José

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