miércoles, 19 de diciembre de 2012

El fín del mundo.


   -¿Oye, sabes que igual se acaba el mundo el próximo 21? - Le comenté a mi mujer hace unos días -.
   - Para algunos sí - me respondió - .

   Y es que, con independencia de esa claridad de ideas con la que las mujeres afrontan la existencia, hay que reconocer que en esa contestación había muchas cosas, como en el cocido.

   Como saben, parece que hay un trozo de peñasco escrito por los Mayas, de una composición a la que faltan dos partes, y que según los expertos indica un cambio de ciclo para el próximo 21, con la venida de no sé qué Dios, y todo eso porque sí, porque esas cosas pasan cada 5125 años. ¿ Y por qué ese número? Qué se yo, pero que les quede claro que como lo vea por ahí en billete de lotería, lo compro, no vaya a ser que el cambio de ciclo sea que me toca el Gordo de Navidad.

   Pero aparte de esto, es bien cierto que el 21 próximo habrá unos 2000 parados más en España, 19.000 niños que mueren de hambre, y no sé cuántos en Siria y follones por el estilo. A esos, qué duda cabe que se les acaba el mundo el 21, y el 20, y el 22.

   De otro lado, hay gente construyendo refugios, haciendo acopio de víveres, subiéndose a determinados montes, etc, etc. ¡Gente que lo vive! ¡Gente que se cree estos asuntos! ¿Y si no se acaba? Pues qué va a ser sino que no sabemos interpretar bien estos peñascos, y que será más tarde que pronto que vendrá algún Dios, o de arriba, o de abajo.

  

 Porque en el fondo, allá en ese fondo íntimo que todos tenemos, deseamos que algo de verdad haya en esta o en otra profecía, y que de una puñetera vez algo cambie, algo acabe y algo comience, que venga ese "rabo de nube que se llevara lo feo y nos dejara el querube" que cantara el maravilloso Silvio Rodríguez.

   Y qué bueno fuera que el peñasco pusiera estas cosas cada menos años.

   Feliz Navidad para todos.

martes, 4 de diciembre de 2012

Es mentira.


   Es mentira que este sea el mejor sistema político posible. En realidad es uno de los peores porque se sustenta en el engaño y la manipulación, en el adormecimiento colectivo, en la falsa premisa de unas instituciones inútiles y corruptas.
   Es mentira que estemos saliendo de la crisis. ¿Pagan ustedes menos impuestos? ¿Tienen mejores servicios públicos? ¿Más dinero para ocio? ¿Más trabajo? ¿Trabajo al menos?
   Es mentira casi todo lo que dicen los medios de comunicación, y el casi son los sucesos y deportes.
   Es mentira que en cada elección democrática haya triunfado el pueblo, porque es precisamente él quien únicamente ha perdido una y otra vez.
   Es mentira que el amor dure unos años y que encima digan que es una cuestión fisiológica. Es el odio el que reúne esas fugaces cualidades.
   Es mentira que el interés público reclame noticias sobre un burro y un buey en un pesebre, unos reyes magos andaluces o un Papa que tuitéa. Sin ellas ahorraríamos presbicia.
   Es mentira que el pueblo se interese por la cadera operada de nuestro Padre Rey, ni siquiera se preocupa por el resto de su cuerpo.
   Es mentira que hubiera vida en Marte y que ahora no la haya.
   Es mentira que el Estado de Bienestar sea insostenible mientras se sostiene todo lo demás.
   Es mentira que la Ley y la Justicia no sirvan para nada, si acaso sería posible que no existiesen.
   Es mentira que nuestros mejores cerebros tengan un espíritu aventurero cuando marchan al extranjero, quizás hambre, frío, desesperanza...no sé.
   Es mentira que sólo se viva una vez y que no haya vida después; en realidad es bastante probable que esta existencia sea la menos real de todas.
   Es mentira que la magia sea mentira.
   Es mentira que Messi sea el mejor jugador de la historia; por lo menos hay tres o cuatro mejores.
   Es mentira lo moderno y la moda; la mediana quizás.
   Es mentira que el ser humano sea malo por naturaleza.
   Es mentira que otros sean más inteligentes que tú; quizás más hábiles en algo pero nada más.
   Es mentira que la esperanza sean los jóvenes, tanto como que guardemos a nuestros viejos porque ya no sirven.
   Es mentira prácticamente todo lo que parece verdad.

  

   Buen día.